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13 de septiembre de 2015

Hilda

¿Qué ocurre cuando los ideales de la juventud son olvidados en la edad adulta sin darse cuenta? Bueno, eso es parte de la maduración, pero en ocasiones este tipo de choque pega más fuerte, como es en el caso de Sonia Le Marchand, interpretada de manera genial por Mónica Langer en la película mexicana Hilda.

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Hilda vive feliz en compañía de su marido, el señor Le Marchand (Fernando Becerril) cuando un grupo de estudiantes solicita entrevistarla para un documental sobre activistas del 68. Esto le recuerda a Sonia su pasado activista y de luchas sociales, algo que quedó muy atrás en su presente vida acomodada. Tratando de recuperar ese espíritu es que decide revisar su pasado, sus viejas posesiones y fotografías, pero más importante, tratar a todos con ese sentido de equidad entre clases que tanto promovía cuando joven. Esto aparentemente inofensivo se torna en algo más de cuidado, especialmente para Hilda (Adriana Paz), una chica que es contratada para apoyar en el cuidado del nieto de Sonia, y a quien por azares del destino, Sonia la quiere como su amiga y su compañera.

La crisis de la edad madura convertida en deseo de redención es el eje de esta cinta. Aunque la Hilda que nombra la cinta es contratada para el cuidado de un infante, es más buscada como el espejo de igualdad olvidada de Sonia. La señora Le Marchand sirve como un retrato muy interesante del manejo de clases sociales acomodadas, particularmente en el Distrito Federal, en donde a las personas que les ayudan con el cuidado de la casa viven en un encierro casi absoluto, siendo sus vidas las que existen en función de la necesidad del patrón. Claro, esto no es problema (desde el punto de vista de los señores de la casa) ya que en la casa los tratan como iguales. Comparten la comida (a menos que sean la Lady Chiles, que al tratar de humillar a quien le asistía en la limpieza tras acusarla en redes sociales como ladrona de chiles en nogada, terminó humillada), los espacios (aunque el cuartito de la señorita de la limpieza tiene más en común con el closet del señor que con la habitación de cualquiera de la familia) y los tiempos... aunque la mayor parte de este es en servicio de la familia acomodada. Esto se ve incrementado en el caso de Sonia e Hilda en donde se provocan situaciones de risa en donde Sonia quiere que se vistan y luzcan casi como hermanas.

El punto más importante de la cinta, además de lograr ser una efectiva crítica de clases sociales pero sin ahondar cansadamente en el tema, son las actuaciones, especialmente la interpretación de Mónica Langer. Sin problema puede ser ubicada como la "señora buena onda que no ha trabajado en más de tres décadas" hasta una desquiciada "bien intencionada" que tiene prácticamente secuestrada a alguien a quien quiere como amiga a fuerzas. Es gracias a ella que esta logra ser una historia efectiva que ahora tenemos en cartelera nacional.

Aunque fue estrenada hace casi un año en el Festival Internacional de Cine de Morelia, no cae en el manejo de la típica cinta festivalera cortavenas. Sin lugar a dudas una cinta recomendable debido a su manejo, especialmente si son de alguna de esas clases mejor acomodadas que uno .


Dirección y Guión: Andrés Clariond
Basado en la obra de Marie N' Diaye
Producción: Nicolás Celis
Fotografía: Héctor Ortega
Música: Rodrigo Montfort
Diseó de Producción: Hania Robledo

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