Disclaimer: Uno de los productores de la cinta es camarada mio, y en esta página hemos entrevistado previamente a Edgar Nito, director de la cinta. Trataré de ser lo más objetivo con los comentarios y crítica de la cinta, pero puede haber cierta parcialidad de mi parte.
México es un lugar rico en leyendas, y curiosamente la cantidad de adaptaciones de estas a otros medios, tiene más presencia en podcasts que en el cine. Aportando su grano de arena, Alfredo Mendoza y Edgar Nito escriben y traen a la gran pantalla la historia de la Miringua, un espíritu que en forma de mujer de piel blanca y atractiva seduce a los hombres para que estos se pierdan en el fondo del lago de Pátzuaro al caer rendidos ante sus encantos.
En la cinta, producida por los amigos de Pirotecnia Films, es a través de cuatro casos en donde el espíritu busca cobrar tributo de sangre para estar tranquilo. Los celos en una pareja de chicas, después de que una de ellas encuentra el amor en un hombre con el que se quiere casar, un pescador que descubre a una mujer en la madrugada, de la cual queda enamorado, el deseo de venganza de una chica borracha ante la muerte de su hermano, y la pérdida de cordura de un pescador que en sus visiones ve el fin del mundo a través de la podredumbre de la pesca.
La Miringua, cuyo origen podría venir de leyendas prehispánicas relacionadas con los sacrificios humanos al lago, o de relatos más recientes relacionados con las advertencias a no caer en los excesos y menos estando cerca del lago, ya que alcoholizado es más fácil perder y no solo los sentidos, no aparece para contarnos sus relatos y sirve como figura seductora a veces, pero no solo para satisfacer los deseos carnales, sino exacerbar los bajos instintos, como la desesperación o el ansia de sangre.
El trabajo de producción de la cinta es impresionante. Hecha con recursos más tradicionales, en donde la narrativa se enriquece con los juegos de atmósferas y una fotografía con propósito, que usa un formato cuadrado para dar sensaciones claustrofóbicas, y muestra que puedes tener una realidad obscura incluso en escenas a plena luz del día, en donde a pesar de la luz se siente desesperación, no necesita usos o abusos de recursos que en teoría podrían enriquecer el panorama, como pasó con Turno Nocturno (Rigoberto Castañeda)y sus tomas de drones, o secuencias de "jalado de personaje", como ocurrió con Párvulos (Isaac Ezban), las cuales en lugar de aportar a la tensión, distraen.
Gracias a este juego de producción, el manejo de atmósferas en pro de la historia tiene efectividad en varias de sus escenas. La amenaza a la que se debe temer no es un espíritu ajeno a nuestra realidad, sino la tensión con los personajes y los conflictos que estos tienen entre sí. Una muchacha borracha con machete termina desencadenando más muertes que lo que una sirena ancestral podría lograr. De la misma manera, la realidad mostrada en la cinta ayuda a ilustrar aspectos de la riqueza cultural del país con una cinta que curiosamente recibió apoyos por parte del Gobierno de Guanajuato aunque su historia se ubica en Michoacán. Los pueblos no son mágicos, los habitantes no necesitan salvadores, y las leyendas no necesitan exportarse a realidades achilangadas buscando llegar a mayores audiencias que ven estos lugares más como curiosidades turísticas que cómo puntos culturales referenciales. Estamos en una ficción folklórica, pero no hay abuso de estos elementos, evitando el mostrarse como promocional pagado por oficina de turismo de hombre blanco.
En el desarrollo de las historias, el planteamiento es desigual y es el punto más débil de la cinta. El propósito es mostrar como el mítico personaje puede provocar la perdición, pero al tener cuatro historias, los manejos son desiguales. De la misma manera, los efectos sobre esta maldición no tienen el impacto que deberían al tener un pueblo pesquero en donde su perdición vendría si algo le pasa al pescado, haciendo que se pierda el recurso que mantiene a la mayoría de los miembros de la comunidad. Si la Miringua necesita sacrificios para así estar tranquila y que el pueblo no sufra, debería haber una relación y efectos más directos que lo que se ve en una sola de las historias. Si la historia en lugar de mostrar un mosaico se hubiera enfocado en dos historias, podría desarrollar mejor los personajes, conflictos y dar más preponderancia a nuestra villana ñaca ñaca, cuando en su lugar puede parecer más personaje invitado de La Hora Marcada.
Esto repercute también con los personajes. El jugar con una historia sin un protagonista principal puede ocasionar problemas, dependiendo del propósito del director, como pasó con Warfare. Si bien en este caso el trasladar la leyenda a una realidad puede hacer que nos enfoquemos más en sus efectos, la falta de una figura que se pueda convertir en nuestra "chica final", la cual es el opuesto a la amenaza sobrenatural, hace que el interés general en la historia se pueda sentir tortuoso, a pesar de tener simpatía por alguno de los personajes, pero en este caso, lo importante es la moraleja más que los protagonistas, aunque desde los cuentos recopilados por los hermanos Grimm se sabe que al escucha o al espectador le ayuda tener un personaje no tanto para identificarse, pero sí para que sea nuestro guía y ojalá pueda salir victorioso.
A pesar de estos detalles, Un Cuento de Pescadores llega como una propuesta interesante que ayuda a ampliar el panorama del cine mexicano, porque no todo es comedia romántica ni pasa solo en chilangolandia. Ideal verse en sala de cine para disfrutar el gran trabajo en composición musical, que en conjunto con la fotografía, ayudan a elevar este gran trabajo.
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