Ari Aster es un director que se dio a conocer con Hereditary, una cinta que está como para perder la cabeza (especialmente si eres Milly Shapiro), continuó el camino del horror con Midsommar, pero fue al momento de experimentar con otros géneros, como la comedia o el Western (pero con celulares), en donde ha causado más discusiones, haciéndonos cuestionar si es alguien que no sabe actuar fuera de su elemento y necesita alguien que lo limite, o revalorar su trabajo después de verlo.
Eddington es una cinta que trata con temas nada polémicos, especialmente en Estados Unidos. ¿Qué puede haber cuestionable con el primer acercamiento crítico sobre el manejo de la pandemia del 2020, en un momento en donde no se tenían respuestas y la irresponsabilidad tomaba el mando de muchas decisiones? En este entorno es que seguimos el conflicto entre Joe Cross (Joaquín Phoenix, haciendo a un mejor guasón que en la secuela de payaso), quien es el sheriff del pueblo de Eddington, y trata de mantener el control y el orden en momentos críticos, especialmente cuando Ted García (Pedro Pascal), al ser el alcalde del lugar, busca reforzar las medidas de control de infecciones en reglas y limitaciones que se reinventan día con día. En medio del conflicto tenemos comentarios sobre los demás demonios de la sociedad estadounidense, desde el manejo de cultos a la personalidad, seguimiento de teorías de conspiración de internet, las reacciones ante los movimientos del Black Lives Matter, el reposicionamiento del progreso tecnológico incluso en los pueblos más alejados de la civilización, y las manipulaciones que surgen desde los sótanos del poder.
Tras ver la cinta con una amiga, y el tener cierto desencanto con la obra, esta comentaba sobre el desperdicio de distintos personajes, como el de Emma Stone, quien aparece poco y carece de peso dentro de la historia. Coincidimos en puntos en donde Ari necesita un mejor editor, y alguien que le ayude a ordenar y enfocar sus ideas, ya que la cinta busca abarcar tanto que se pierde, cosa más notable en el climax armado de la historia, en donde hay elementos que, aunque se plantean, parecen más sacados de la manga, mostrando un mal manejo de tono, caracterizado por su inconsistencia. Pasaron los días y mientras hacía algo de investigación para entender mejor las intenciones del director, ocurrió en mi algo similar a el proceso digestivo que tuve con Beau tiene miedo, una cinta que, aunque originalmente no me terminó de convencer, debido al mal manejo del tercer acto, me hacía pensar mucho más sobre la cinta y lo que buscaba representar, que en los defectos que terminaba ilustrando.
¿De qué me perdí? ¿Qué elementos hay que hagan que no pueda dejar de pensar en la cinta, a pesar de que le encontraba más defectos que virtudes? Y es entonces que regresé al personaje de Louise Cross, la distante esposa de nuestro sheriff, y el manejo que Emma Stone tuvo sobre el personaje.
La cinta trata sobre la pérdida de control, y la manera en que buscamos recuperarlo. Presenta de una manera empática y más objetiva que otras la forma en que reaccionamos ante las crisis desde nuestra limitada capacidad. Warfare causó reacciones divisivas al no tomar una postura y limitarse a ser una especie de documental actuado basado en recuerdos y sin personajes principales, y si eras de la derecha podías verlo como una oda a la intervención militar en pro de la libertad, y si eras de la izquierda, podías ver un testimonio andante sobre los crímenes de guerra que se cometen sobre los países invadidos. En el caso de Eddington tenemos un protagonista, y es una figura cuestionable que quiere jugar fuera de su categoría. Nuestro sheriff conservador se lanza a competir en las elecciones creyendo que puede hacer un mejor trabajo que el empático y mal casteado Ted García (con un Pedro Pascal genérico como padre soltero agachón, como en casi todas sus interpretaciones recientes), basado en su creencia de que él si tiene contacto con la gente que ha protegido por años, y que con todo y pandemia y medidas impuestas por las luchas raciales, pandemias o intereses económicas, esto no importa porque todo eso se siente lejano a la realidad del poblado.
La manera en que confronta el sheriff Cross la realidad tiene mucho que ver con lo que pasa en su relación con su esposa. Louise es una persona distante, con quien es difícil tener contacto íntimo. Ella se enfoca en diseñar muñecos de trapo que vende en línea. Durante la pandemia, su madre, Dawn, llega a vivir con ellos, debido a los problemas de la época. Para distraerse, ha caído en un agujero sin salida en donde se alimenta de teorías de conspiración de la derecha paranoica a través de podcasts, videos, y páginas que, en lugar de respaldarse con datos concretos, te “invitan” a hacer tu propia investigación… siempre y cuando llegues a la misma conspiración que ellos. Este es un entorno complicado, especialmente para alguien que muestra problemas de desequilibrio mental como lo hace Louise. En cierto sentido, ella es la representación de lo que pasa en una sociedad atrapada por conflictos y sin posibilidad de escape.
Uno de los conflictos secundarios, por lo cual hay cierta rivalidad entre los personajes de nuestro Sheriff y el alcalde, es que la anterior pareja de Louise fue Ted García. Esto es usado para atosigar a Cross, especialmente por el hijo del alcalde, quien le recuerda que Ted es mejor hombre y siempre lo ha sido, por lo que Cross a lo más que puede aspirar es a quedarse con sus sobras. Hay un momento en la cinta en que, por la desesperación, Cross denuncia públicamente a García, alegando que su esposa fue víctima de abuso sexual por parte del personaje de Pascal, quedando embarazada y después perdiendo al bebé. Esto es desmentido al día siguiente, con un video en donde la pobre Louise dice que esto no ocurrió. Hubo un abuso, es cierto, pero no fue cometido por el ahora alcalde.
Hay una figura presente en la casa de los Cross. Joe llegó a ser el sheriff, heredando el cargo de su suegro, quien, tras fallecer por un infarto, deja la vacante que es tomada por el esposo de su hija. Al entrar a la casa hay un cuadro con una foto grande del fallecido, recuerdo que la madre trajo a esta, su nueva casa temporal. Es una figura añorada y respetada, ya que era la autoridad del condado. Joe es su heredero y busca continuar con la misión que tiene siguiendo lo que le aprendió al suegro.
¿Cuál es la causa de la inestabilidad mental en Louise? Dawn, la madre de Louise, culpa a García. Es la razón por la cual Joe también lo cree. Louise, a diferencia de su madre, no encuentra refugio en teorías de conspiración, sino en otra figura carismática que entra a la historia en la figura de Vernom (Austin Butler), un líder religioso de un culto New Age al cual Dawn llegó al “hacer su propia investigación” en internet. Es una figura carismática que practica regresiones para desenterrar recuerdos suprimidos, y es aquí cuando Louise acusa a su padre fallecido del abuso que padeció. Esto es automáticamente negado tanto por su madre como por su esposo, y es más fácil canalizar este desprecio y trasladarlo a alguien que ven como rival… culpando a Ted García de todo lo malo que pudo cometer el anterior Sheriff. Louise no puede confiar ni en las dos personas más cercanas con las que vive.
Louise padece una disociación. Se siente distante de su familia. Se refiere a sí misma en tercera persona. Su único entretenimiento es hacer muñecas que son la representación física de su trauma y la manera en que se siente al confrontar el daño que ha recibido. Claro, su marido hace que terceros le compren muñecas que él paga, tratando de ayudarla de esta manera, pero el tipo de apoyo que necesita siempre le ha sido rechazado. De hecho, las muñecas usan elementos y colores similares a la ropa de la misma Louise. Son una parte de ella, y si incluyen elementos extraños o incluso monstruosos, como tener extremidades arácnidas, o estar cubiertas de espinas, solo representan la manera en que se auto percibe Louise en su relación con los demás.
Para el final de la cinta, mientras que conocemos el destino final de nuestro personaje principal, vemos en televisión que le ocurrió a Louise después de distanciarse y separarse de su esposo cuando este se enfocaba en su carrera política. La relación que tuvo con Vernom es lo único que la validaba. Es el único que le creía. Pero esta figura no es benigna, ya que es un líder manipulador de un culto regional que usa a las demás personas para su propósito. Es ahí en donde Louise se siente segura, y con él finalmente pudo abrirse emocional y físicamente y está embarazada, algo que no pudo lograr con su anterior compañero de vida. Ha logrado romper un ciclo, pero cayó en otro a través del engaño, la decepción, y el sufrimiento solo puede continuar al seguir siendo la víctima de alguien más quien tiene el control de su situación.
La cinta en general explota este tema y como se refleja en el nivel macro de la historia, pero es interesante el ver como en una subtrama con un personaje secundario, espejea los problemas principales. Aquí no hay burla sobre la manera en que grupos juveniles reaccionan ante el movimiento de Black Lives Matter, queriendo manifestar empatía más por moda, pero tenemos las consecuencias directas de abusos por parte de figuras de autoridad. No tenemos una lucha política por el control de un pueblo, en donde la situación lleva a nuestros personajes a confrontaciones mortales, y hay una resolución patrocinada por poderes fácticos ocultos mal establecidos, pero tenemos el control y manipulación por las figuras en las que confiamos, solo para volvernos instrumentos de sus propósitos. El personaje de Louise no está desperdiciado, sino que es un reflejo en una historia de mayor impacto a nivel personal sobre las crisis que se manifiestan y sobre las que la cinta se burla de maneras más ruidosas e incluso explosivas.
¿Este detalle hace que la cinta sea mejor? No. Pero el cuidado en este tipo de detalles hace que incluso en obras fallidas uno encuentre elementos valiosos que vale la pena analizar y digerir con calma, antes de descartar debido a que la cinta principal no cumple las expectativas. Si bien a Aster le haría bien trabajar con otro editor o productor que le ayuden a enfocar mejor sus historias, son pocos los realizadores que pueden dejar a la audiencia pensando más allá de las capas superiores que hay en su historia. En este sentido, Aster trae un cine incómodo pero valioso en momentos en que la búsqueda del confort narrativo es la constante, y son pocos los desafíos que se presentan en la pantalla grande.
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